En los últimos años se ha investigado científicamente la relación entre la alimentación, la salud y el desarrollo de enfermedades crónicas, debido a sus grandes repercusiones en los seres humanos, ya que según la Organización Mundial de la Salud se incluyen cinco factores que están muy ligados a la alimentación y el ejercicio físico, estos son: obesidad, sedentarismo, hipertensión arterial, hipercolesterolemia y bajo consumo en frutas y verduras.
Por estas razones, la política sanitaria mundial está focalizando su atención en el desarrollo de unos planes para aumentar la esperanza y calidad de vida con el fin de:
o Crear conciencia sobre el gran papel que cumple la alimentación y el ejercicio en la salud de cada uno.
o Incentivar a realizar un cambio en las rutinas no saludables.
o Incrementar la investigación sobre los temas de dieta y ejercicio.
La alimentación define la salud, el crecimiento y el desarrollo de los individuos, por lo que es importante y necesario que por un lado cumpla con la cantidad suficiente de los nutrientes, y por el otro, le permita suplir al sujeto sus necesidades fisiológicas, claro está que teniendo en cuenta el sexo, la edad, el estado fisiológico, la composición corporal, la rutina de ejercicio y las características propias de cada uno.
Por lo tanto, para lograr una alimentación saludable se debe tener en cuenta sus objetivos:
o Aportar cantidad de calorías suficientes.
o Consumir nutrientes con funciones plásticas y reguladoras.
o Mantener el peso ideal.
o Establecer un equilibrio entre las cantidades de cada nutriente.
o Reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Ya teniendo claro esto, hay que resaltar las características de la alimentación saludable para borrar la desinformación que se tiene sobre el tema:
o Diversidad dietética: Se necesita ser variada.
o Ser equilibrada y adecuada.
o Ser saludable.
En conclusión, una alimentación saludable debe permitir el crecimiento y el desarrollo del individuo, el mantenimiento de la salud, la actividad y la creatividad del supervisor, con esto, se puede disminuir notoriamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Referencias
Calañas-Continente, A. J., & Bellido, D. (2006). Bases científicas de una alimentación saludable. Revista de Medicina de la Universidad de Navarra, 7-14.
Photo by Taylor Kiser on Unsplash
Comments